martes, 29 de septiembre de 2009

Soledad

Soledad que siempre me has acompañado
Amiga inseparable,
en momentos de angustia y desaliento,
Amiga mía,
la más querida y apreciada por mi eterna oscuridad,
Tú aquella que ve mis errores
y los reclama en mi mente,
Tú aquella que en mis dichas me felicita.
¿Qué sería de mi sin ti?

Mi otra mitad
¿Qué sería de mí sin ti, soledad? ...
Eres la única que sabe mis más profundos secretos,
eres la que los guarda
con más pasión que mi propio corazón.
Mereces oscuridad y mucho más,
pídeme lo que quieras,
igual desde hoy te lo daré,
te haré Diosa, te haré merecedora de lo que te he
negado tantas veces
¿Sabes por qué?
Porque desde hoy a mí misma me he llamado igual que tú.